Te quiero, dijiste
Tomando mis manos
entre tus manitas
de blanco marfil.
Y sentà en mi pecho,
un fuerte latido,
después un suspiro,
y luego el chasquido
de un beso febril.
Muñequita linda,
de cabellos de oro,
de dientes de perla,
labios de rubÃ.
Dime si me quieres,
como yo te adoro,
si de mà te acuerdas,
como yo de ti.
Y a veces escucho
un eco divino,
que envuelto en la brisa
parece decir:
SÃ, te quiero mucho,
mucho, mucho, mucho,
tanto como entonces,
siempre hasta morir.
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