En una ciudad cualquiera,
en cualquier habitación
donde se compran amores
a plazos y a condición;
donde los nombres no importan,
don dinero es la razón.
En una ciudad cualquiera
y en cualquier habitación;
era un tiempo aquel
aquella edad,
de querer saber un poco más,
de querer calmar mi temporal,
de empezar a amar.
Y luego ella se fue dejando atrás
un sabor a hiel, a soledad;
no pudo calmar mi temporal
no me pudo amar,
y asà te vi yo, don nadie,
comprar acciones de amor,
acciones que luego al cambio
se quedan en un adiós;
y le contaste una historia
para darle una razón.
En una ciudad cualquiera,
en cualquier habitación,
tiempo de un amor
que nada da,
sólo a cambio de...
después se va.
Tiempo de una noche
y de un lugar;
tiempo nada más.
En un ciudad cualquiera,
en cualquier habitación,
vivà una noche cualquiera
cualquier historia de amor.
Que todos somos cualquiera,
no me digan que no son
en una ciudad cualquiera
y en cualquier habitación.
|