Mucho, señora, darÃa
Por tender sobre tu espalda
Tu cabellera bravÃa,
Tu cabellera de gualda:
Despacio la tenderÃa,
Callado la besarÃa.
Por sobre la oreja fina
Baja lustroso el cabello,
Lo mismo que una cortina
Que se levanta hacia el cuello.
La oreja es obra divina
De porcelana de China.
Mucho, señora te diera
Por desenredar el nudo
De tu roja cabellera
Sobre tu cuello desnudo:
Muy despacio la esparciera
Hilo por hilo la abriera.
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