Hace tiempo que tus labios
me saben a conocido,
que tus ojos transparentes
son dos pozos infinitos,
que mis brazos no te abrigan
y los tuyos me dan frÃo,
que tu voz y mis palabras,
como torpes adjetivos,
nada añaden al silencio
de tu cuerpo junto al mÃo.
Qué sucedió, qué nos pasó,
que hace tiempo que es de noche
todo el dÃa,
de noche todo el dÃa.
Siento que ya no te siento
como el aire que respiro,
que la sed que me saciabas
se resigna en el instinto,
que tu obscena complacencia
es un gesto repetido,
que el sentido de las cosas
que sacabas de su sitio
recupera su armonÃa
insensata del vacÃo.
Qué sucedió, qué nos pasó,
que hace tiempo que es de noche
todo el dÃa,
de noche todo el dÃa
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