Y yo que estaba de vuelta de todas las idas
con el alma herida
te quiero, ya ves.
Seré lo que tú prefieras
tu luz o tu sombra
o acaso una alfombra
besando tus pies.
Ay de ti, ay de mÃ,
ni tú ni yo somos culpables:
infelices locos que caÃmos en este amor
que es un error
imperdonable,
ay de ti, ay de mÃ.
Y tú que siempre decÃas ser inteligente
no como esa gente
que muere de amor.
Asà sabrás que la rosa es rosa por bella
y no porque en ella
respire una flor
Ay de ti, ay de mi
La vida es la consentida, feroz dictadura
de una criatura
que juega a mandar.
Ni tú ni yo somos nadie, ni hacemos historia
pues somos la escoria
que aun puede quemar.
Ay de ti, ay de mÃ
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