El chinito estampado
en un gran jarrón
fue acusado de decir:
¡Yan -tse - amo - oua - ting - i
pong - chong - kÃ.
El chinito fue llevado
ante un mandarÃn
y al llegar le dijo asÃ:
¡Yan -tse - amo - oua - ting - i
pong - chong - kÃ.
El chinito no querÃa
ya vivir en el jarrón
pues estaba dibujado
en las garras de un dragón.
El chinito fué obligado
a volver allÃ
pero antes dijo asÃ:
¡Yan -tse - amo - oua - ting - i
pong - chong - kÃ!
¡mow- sang - li...¡¡kóu kao!!
Cierto dÃa que pasaba
el emperador
el chinito le gritó:
¡Yan -tse - amo - oua - ting - i
yan - CHONG - CHONG!
Cien puñales apuntaron
a su corazón
pero el pidió perdón:
Yan tse amo oua ting i pong
chang chung fong.
El monarca con clemencia
a sus guardias ordenó
-¡Le concedo la existencia
más no sale del jarrón!
Por mil años el chinito
se quedo allÃ
y jamás volvio a decir asÃ:
¡Yan - tse - amo - oua - ting - i
pong - chong - kÃ!.
Hai - lák - ¡Ni sei lok sei lok!
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