A la peluquerÃa llegó Cri-CrÃ
!Qué bueno que vienes! le dijo el barbero
con esa pelambrera pareces puerco espÃn.
Mostrando cortesÃa lo acomodó
en uno de esos sillones que dan vueltas
y luego muy serio le puso un peinador.
!Tras, tras, tras!, de tres tijeretazos
!Tras, tras, tras!, el pelo le cortó,
!Tras, tras, tras!, cayeron sus cabellos.
!Tras, tras, tras!, y lo dejó pelón.
Cri-Crà no estaba quieto en aquel lugar
pues los cabellitos que caen entre la ropa
picaban como agujas y se querÃa rascar
pero el peluquero sin caridad,
con la mano izquierda detuvo su pescuezo
teniéndolo inmóvil contra su voluntad.
!Tras, tras, tras!, abrió las tijerotas.
!Tras, tras, tras!, y luego las cerró.
!Tras, tras, tras!, con su rayita enmedio
!Tras, tras, tras!, muy guapo lo dejó.
Algunos niños lloran, no quieren ir,
están temerosos de que el señor barbero
les quite las orejas y luego la nariz.
Por éso es preciso tener valor,
el corte de pelo en la peluquerÃa
lo hacen muy fácil sin nada de dolor.
!Tras, tras, tras!, que suenen las tijeras.
!Tras, tras, tras!, que cumplan su deber.
!Tras, tras, tras!, que caigan los cabellos.
!Tras, tras, tras!, que vuelvan a crecer.
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