Señora y señor, por un papel
Señora de él, de un tal José,
Ella siempre iba solita al mercado
Del mercado al campo y del campo al café a ver a José,
Y él se levantaba sin decir palabra rumbo del café,
Cuando ella llegaba, vete ya mujer.
Era un señor jugando domino
Que tomaba aguardiente y que entre vaso y vaso
Tiraba los dados sin pensar siquiera que tenÃa que verla
Y el tal José se le metÃa en la cama
Y sin ningún te quiero le daba la espalda
Y ella no vivÃa, ni le replicaba.
Y la señora que siempre iba al campo pensando en José
Comenzó a olvidarse se su candidez
Y un dÃa de sol miró a un hombre joven después de las tres,
Se fueron mirando y en una mañana se dieron la mano.
Señora yo sé que su señor se llama José
Señora yo sé que su señor, un tal José
Y la señora lo tomó del brazo
Y se fueron andando por aquellos campos
Entre los trigales ella y él del brazo,
Y la señora pensó en un chiquillo
Con el pelo largo, del color del trigo
Y como habÃa perdido el tiempo llorando.
Y el tal José que regresaba a casa vio con sencillez
Al abrir la puerta roto aquel papel
Y sintió la casa medio solitaria
Y su desfachatez le dió las espaldas y se fue al café.
Y la señora lo fue desnudando
Le besó los ojos y aspiró en el campo
Bajo los trigales el olor a macho,
El sol de Mayo le daba en el pecho
Sólo él fue testigo, junto con el trigo
De ese amor sin lecho, de ese amor sin vino
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