Te perdono
el montón de palabras
que has soplado en mi oÃdo
desde que te conozco
Te perdono
tus fotos y tus cartas,
tus comidas afuera,
cervezas y cigarros,
es más,
te perdono
andar como tú andas,
tus zapatos de nube,
tus dientes y tu pelo
Te perdono
los cientos de razones,
los miles de problemas,
en fin,
te perdono no amarme...
Lo que no te perdono
es haberme besado
con tanta alevosÃa.
Tengo testigos:
un perro,
la madrugada,
el frÃo
pero eso sà que no te lo perdono,
pues si te lo perdono
seguro que lo olvido
|