De aldea en aldea
el viento lo lleva siguiendo el sendero
su patria es el mundo
como un vagabundo va el titiritero.
Viene de muy lejos
cruzando los viejos
caminos de piedra.
Es de aquella raza
que de plaza en plaza
nos canta su pena.
Titiritero
de feria en feria
siempre risueño
canta sus sueños
y sus miserias.
VacÃa su alforja
de sueños que forja
en su andar tan largo.
Nos baja una estrella
que borra la huella
de un recuerdo amargo.
Canta su romanza
al son de una danza
hÃbrida y extraña
para que el aldeano
le llene la mano
con lo poco que haya.
Titiritero
de feria en feria
siempre risueño
canta sus sueños
y sus miserias.
Y al caer la noche
en el viejo coche
guardará los chismes
y tal como vino
sigue su camino
solitario y triste.
Y quizás mañana
por esa ventana
que muestra el sendero
nos llegue su queja
mientras que se aleja
el titiritero.
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