Contrario a lo que muchos creen, no fueron solamente Gabriel García Márquez, Rafael Escalona, López Michelsen, Consuelo Araújo (La Cacica), Diomedez Díaz, El Binomio de oro y Carlos Vives quienes han llevado la música vallenata a las alturas en donde se encuentra hoy. Fue Alfredo Gutiérrez el que en las postrimerías de la década del 60 y hasta bien avanzada la del 70, le dio el verdadero impulso a la música de Francisco El Hombre. Antes de la incursión del tres veces rey vallenato a este folclor, las emisoras de Valledupar y la costa ponían los discos de Luis Enrique Martínez, Abel Antonio Villa, Alejandro Durán y Andrés Landeros por espacio de media hora todos los días. El único horario para la música vallenata.
Si el rebelde del acordeón no hubiera entrado a Valledupar por esa época, la música del Cacique de Upar habría de estancarse por muchos años. Al célebre intérprete se le llegó a tratar de degenerador del vallenato. De ahí las largas peleas entre Consuelo y Alfredo. Que conste que a éste en un principio no le gustaba la música del Valle de Upar. Decía que era corroncha, pero cuando comenzó el Festival Vallenato, él olfateó que ahí había un filón por explotar.
Alfredo hizo unos cambios profundos en la música vallenata: le introdujo el bajo eléctrico, la batería, mezcló las voces agudas con las graves en los coros, uniformó el conjunto, la hizo bailable, volvió la puya más rápida, le metió saxofón y bombardino, creó los disonantes, comenzó a grabar éxitos viejos con nuevos arreglos y masivamente las canciones románticas. Aunque parezca mentira, el vallenato vive todavía la era del consagrado ejecutante del acordeón, así sus discos no se vendan como antes. Por eso, el día que Gutiérrez ganó por primera vez el Festival de la Leyenda Vallenata, El Espectador tituló “Ganó el vallenato moderno con sabor a pavimento”.
El archiconocido artista vallenato ha sido el más galardonado hasta el momento: Califa y Trébol de Oro Aztecas, campeón mundial del acordeón en Alemania (1991 - 1992), tres veces rey vallenato, cuatro congos de oro del Carnaval de Barranquilla, seis premios en Venezuela entre otros.
Alfredo Gutiérrez, quien se inició como intérprete de acordeón a los cuatro años, formó el conjunto Los pequeños vallenatos al lado de Arnulfo Briceño, autor de Ay mi llanura, e hizo parte de los famosos Corraleros de Majagual, considerada la segunda agrupación de música tropical más importante de Latinoamérica después de la Sonora Matancera de Cuba. Es el verdadero padre del vallenato moderno.