Alfredo Zitarrosa Iribarne nació en Montevideo el 10 de marzo de 1936, hijo natural de Blanca Iribarne, quien lo da a criar al matrimonio compuesto por Carlos Durán y Doraisella Carbajal, viviendo con ellos en diversos barrios de esa ciudad, trasladándose luego, entre 1944 y fines de 1947, al pueblo de Santiago Vázquez, con frecuentes visitas a la campaña cerca de Trinidad, capital del Departamento de Flores, de donde era oriunda su madre adoptiva. Se ha señalado que esta experiencia infantil lo marcó para siempre, notándose en su repertorio la inclusión mayoritaria de ritmos y canciones de origen campesino, fundamentalmente milongas.
De regreso en Montevideo, en su juventud trabajó, entre otros, como vendedor de muebles, de suscripciones a una sociedad médica y de oficinista, para iniciarse en 1954 en labores de locución radial, incursionando como presentador y animador, actor de teatro, libretista e informativista. Al mismo tiempo desarrolló su vocación artística como escritor, produciendo cuentos y poemas. La culminación de estos esfuerzos llegó en 1959, al recibir el Premio Municipal de Poesía Inédita en Montevideo, por su libro Explicaciones. Posteriormente se inició en el periodismo, colaborando en diversas publicaciones, entre ellas el semanario "Marcha". Escribió sobre cibernética, enfermedades infantiles, física nuclear y una gran variedad de temas científicos y técnicos, y realizó importantes entrevistas.
Encontrándose en Perú, exactamente el 10 de febrero de 1964, enfrentado a serias dificultades económicas, fue llevado casi contra su voluntad a actuar en televisión, en lo que sería su debut profesional como cantor. Zitarrosa relata así su experiencia: "No tenía ni un peso, pero sí muchos amigos. Uno de ellos, César Durand, regenteaba una agencia de publicidad y por sorpresa me incluyó en un programa de TV, y me obligó a cantar. Canté dos temas y cobré 50 dólares. Fue una sorpresa para mí que me permitió reunir algunos pesos…"
A partir de ese instante realizó varios programas de Radio Altiplano de La Paz, en Bolivia, debutando posteriormente en Montevideo, allá por 1965, en el Auditorio del SODRE (Servicio Oficial de Difusión Radioeléctrica). Su participación en este espacio le sirvió de peldaño para ser invitado al Festival Folclórico de Cosquín, en Argentina.
Ya en la cúspide, tuvo a su cargo el programa de televisión "Generación 55", donde difundió la labor de jóvenes artistas uruguayos. De ahí en adelante se inició la cosecha de premios. Premio Artigas de la Asociación Folclórica de Uruguay en 1965. Medalla de Oro por sus ventas de discos los años 1965, 1966, 1967 y 1968. Medalla de Plata en el Segundo Festival Latinoamericano de Folclore en 1966, en Salta. Plaqueta y Disco de Oro en el Festival Internacional de Montevideo, en 1969. Mención de Honor en 1972, en Lima. Condecoración Francisco de Miranda, otorgada por el Presidente de Venezuela, en 1978 y así sucesivamente.
Sus temas han sido interpretados por numerosos artistas: Daniel Viglietti, Santiago Chalar, Jorge Nasser, Numa Moraes, Laura Canoura, Jorge Drexler, Manuel Capella, Arlett Fernández, Pablo Estramín, Larbanois - Carrero, Washington y Cristina, Pareceres, Jaime Roos, Pepe Guerra, Jorge Do Prado, La Vela Puerca, y muchos otros, en Uruguay; Mercedes Sosa, Jorge Cafrune, Nacha Roldán, Los Trovadores, Los Andariegos, Alfredo Ábalos, Los Fronterizos, César Isella, Cholo Aguirre, Eleodoro Villada Bustamante, Guadalupe Farías Gómez, El Chino Martínez, León Gieco, Leonardo Favio, Juanjo Domínguez, Víctor Velásquez, Raly Barrionuevo, Los Chalchaleros, Opus 4, Huerque Mapu, Quinteto Tiempo, "Chango" Nieto, Rosendo y Ofelia, Andrés Calamaro, Soledad Pastorutti, Suma Paz, Chany Suárez, Dúo Salteño, Alejandro del Prado, Cuarteto Zupay, Julio Lacarra, Tito Ramos, Oscar del Cerro, Teresa Parodi, Daniel Melingo, y otros, en Argentina; María Dolores Pradera, Los Sabandeños, Nati Mistral y Maya, en España; María Teresa Chacín y Soledad Bravo, en Venezuela; Chabuca Granda y Tania Libertad, en Perú; Sanampay, Carlos "Caíto" Díaz, Adriana Landeros, Oscar Chávez, y Grupo O'nta, en México; Tito Fernández El Temucano, Los Miserables y Gabriel Salinas, en Chile; Andy Montanez, Susana Baca, Ima Galguén, Adrián Goizueta, Cristiano Quevedo, en otras naciones.
Le han dedicado canciones, entre otros, creadores de la talla de Víctor Heredia, Teresa Parodi, Manuel Capella, Jorge Nasser, Nahuel Porcel, Numa Moraes, Caíto, Rubén Olivera, Roberto Darvin, César Isella.
Zitarrosa consigue lo imposible: gustar a todo el mundo y en especial al público uruguayo que ve en él al cantor largamente esperado, el que canta con las voces de todos.
Es difícil determinar qué es lo más importante en la personalidad de Alfredo Zitarrosa: su condición de autor y compositor privilegiado o la fuerza de sus interpretaciones, la lucidez, la prodigalidad de sus imágenes poéticas, su raíz inmensamente popular y cálidamente universal expresadas en sus canciones, las que han hecho de él una figura señera de la Canción Popular Contemporánea Latinoamericana.
No es instrumentista, aunque a veces se acompaña con la guitarra, en cambio sí compone a favor de la guitarra que, según él, es la autora de sus canciones. Esto merece una consideración aparte, pues el acompañamiento elegido por Zitarrosa para sus canciones se basa en tres guitarras y un guitarrón, lo que le da a sus interpretaciones un original sonido, totalmente distinto al de otras regiones de América, lo que ha llevado a los especialistas a denominar a ese sonido inconfundible y único como "el sonido Zitarrosa".
Sus presentaciones en público siguen la vieja línea en cuanto al acompañamiento guitarrístico (los clásicos cuatro encordados de fondo, tres guitarras criollas y guitarrón) como en su vestimenta: terno oscuro con chaleco, camisa blanca y corbata, zapatos negros e impecablemente peinado con partitura al lado.