Chayito Valdez, nacida el 28 de mayo de 1945 en Orba, municipio de Guasave, Sinaloa reveló desde niña grandes facultades para el canto pero sólo pudo iniciar su actividad profesional alrededor de los 30 años de edad, una vez divorciada. Grabó 68 discos, la mayorÃa con gran éxito, pues durante décadas fue la mejor vendedora de discos de México
Fue un sacrificio enorme, pero millones de mexicanos pudieron conocer una resonancia emocional distinta de canciones como Mi soldadita, San Juan del RÃo, Fingà desprecio, Lamberto Quintero, Camelia la Texana, Caballo prieto azabache, El Cantador, Si fueras libre, Golpe traidor, Entre besos y copas, Besos callejeros, con las que logró plena identidad con la gente.
En 1985, cuando se hallaba en plena madurez artÃstica, sufrió un grave accidente automovilÃstico que la obligó a un proceso de rehabilitación fÃsica durante siete años. Quedó inválida de medio cuerpo. Aún asÃ, sin perder un ápice de su amor a la vida y al canto, reapareció en 1992 para reanudar con igual éxito su carrera como intérprete de música popular ranchera.
En 1995, sufrió un asalto domiciliario que le causó profunda conmoción, lo que tampoco impidió que siguiera presentándose en silla de ruedas en foros de la frontera de México, Estados Unidos y Canadá. Su última presentación, antes de caer en coma, fue en Nogales, Sonora, el 23 de junio pasado.
Chayito, hay que decirlo sin cortapisas, desde joven sufrió lo indecible para expresarse artÃsticamente. Baste decir que tuvo que decidir entre cantar y amar porque su ex marido (padre de tres de sus cuatro hijas) se oponÃa a que cantara. Optó por el canto para brindar su cálida voz de profunda identidad con el sentir del pueblo mexicano
MarÃa del Rosario Valdez Campos es simplemente la más sinaloense de las grandes cantantes de su estado, colocando a Lola Beltrán y a Amparo Ochoa en una modalidad diferente de la música popular mexicana, y ubicando a Chayito en el estilo de la canción genuinamente campirana.
En Sinaloa, después de Pedro Infante está Chayito; cada uno en su ámbito y en su tiempo. Lola Beltrán y Amparo Ochoa están aparte, cada una en su esfera y estilo. Chayito es la expresión auténtica del campo, de su gente y de la cultura rural mexicana. En este terreno es el equivalente femenino de Luis Pérez Meza.
En Sinaloa, Sonora, todo el noroeste y la frontera norte, las comunidades mexicanas de Estados Unidos, la siguen oyendo, a pesar de que ya no se reeditan sus discos, en sinfonolas, radio y televisión, porque su canto trasmite lo mejor y más bello de los sentimientos y la cultura popular de México