Nació el 25 de octubre de 1954, en México, D.F. Son sus padres Salvador Velázquez González y Alicia Zamora Vázquez.
Ha vivido en el Distrito Federal desde que nació. A los catorce años de edad empezó a componer canciones, la primera fue "Madrecita".
Estudió primaria, secundaria y canto y solfeo con profesores particulares. Practica el fútbol, natación y pesas. Se ha desempeñado como ayudante de impresor.
Se define muy sensible, sobre todo para las cosas que conmueven el alma. Le gusta mucho escuchar música y bailar. La que prefiere oÃr es la balada y el jazz.
La canción que le ha dado mayores satisfacciones es "Espejismo", porque desde hace dieciocho años, que fue un gran éxito, se sigue grabando y continúa en el gusto del publico. Además, la inspiración para esta canción llegó en un magnÃfico momento, prácticamente al inicio de su carrera. Y gracias al éxito que obtuvo, Salvador aprendió mucho de la experiencia.
Además del gran cariño por sus padres, ha existido siempre magnifica comunicación y entendimiento con ellos, asÃ, su padre y él tienen cuatro canciones compuestas en coautorÃa.
Su carrera se ha visto complementada por sus giras artÃsticas, aparición en diversos programas de radio y de televisión, asà como varios premios y reconocimientos.
Recibió el trofeo de la Editora Mundo Musical por altas ventas de discos en 1975. También le fueron entregados diplomas por su participación en el teatro de las Tres Culturas, en Tlatelolco, en el Festival Nuevos Compositores, en 1976, y por sus presentaciones en eventos musicales de las Delegaciones PolÃticas del Distrito Federal, principalmente la Miguel Hidalgo.
Ha sido invitado a programas como "Hoy Mismo", "Operación Convivencia" y otros de Televisa, y "Asà Nace una Canción", en el canal 13. En radiodifusoras, ha participado en programas en Radio Fórmula, Radio Centro, la XEB y en la XEW.
Respecto a los reconocimientos que ha recibido por su obra, comenta que recuerda la primera vez que le entregaron un trofeo, con especial emotividad, ya que en aquella ocasión, cuando subió al estrado a recoger su presea, el público esperaba que dirigiera algunas palabras. Salvador únicamente pensaba decir, "Gracias", aunque sabÃa que no serÃa suficiente, pero no se le ocurrió nada mas. De pronto, ahà entre los asistentes vio a su padre, con lagrimas en los ojos por la emoción de que fuera reconocido el trabajo de su hijo. Salvador se emocionó mucho y comenzó por agradecer a sus padres la educación y valores que habÃan inculcado en él, y a su padre por haberlo guiado en el difÃcil camino de la composición. Siguió hablando y vio como su padre enjugaba alguna lágrima que le habÃa rodado por su mejilla. Ahora, cada vez que le entregan un premio, un reconocimiento o un homenaje, recuerda a sus padres y aquel momento del primer premio, aquella lagrima que fue más valiosa y representativa que todos los trofeos del mundo. Añade con emoción: "La mayor satisfacción ha sido ver realizado aquel anhelo de pequeño, cuando todavÃa no tomaba una guitarra entre mis manos, ni sabÃa escribir un pensamiento, pero en mi corazón deseaba ser compositor." "Ahora, cuando varios de mis temas han sido grabados y sé que han gustado, no puedo sino dar gracias a Dios por ver realizado mi sueño".